Últimamente intentas ver el móvil, el periódico, un tíquet de la compra, el prospecto de un medicamento… y percibes una molesta borrosidad que antes no estaba ahí. Tienes que retirarte el texto o acercarte a una luz potente para poder verlo bien. ¡Vaya faena! con lo bien que veías hace unos pocos días, y ahora… ¿qué ha pasado?
Evolutivamente hablando, los ojos del ser humano están adaptados para ver bien de lejos, pues esa distancia era la más utilizada para cazar, viajar, vigilar al enemigo y otras tantas actividades. La visión cercana se utilizaba de forma ocasional y es por ese motivo que la aparición de problemas visuales asociados al uso excesivo de la visión de cerca como la miopía, siempre ha ocurrido cuando los individuos de una sociedad se culturizan y comienzan a leer y escribir.
Tenemos una lente dentro del ojo que es responsable del enfoque de la luz en la retina. Tiene la forma y el tamaño aproximado de una lenteja y se llama cristalino. Se trata de una lente flexible que está rodeada del músculo ciliar, que se encarga de hacerle cambiar de forma para enfocar o desenfocar según la posición a la que queramos ver. Si leemos de cerca, el músculo ciliar comprime y abomba el cristalino y si pasamos a mirar de lejos, relaja y estira esta lente para que la visión sea nítida.
Con el paso de los años, a causa de un proceso de cambios fisiológicos en el cristalino, se va endureciendo y eso produce que pierda su elasticidad, es decir, la capacidad de responder a los estímulos del músculo ciliar para que cambie de forma cuando queremos enfocar de cerca. Digamos que le cuesta más abombarse y ya no responde como antes. Ese abombamiento es menor y por lo tanto no puede enfocar tan de cerca como antes. Por eso si nos alejamos el texto veremos mejor (nos adaptamos a la nueva distancia de enfoque en cerca) Este proceso se denomina presbicia.
La presbicia es un proceso natural y fisiológico que afecta a todas las personas a partir de los 40 años y que aumenta a medida que disminuye la capacidad del cristalino de cambiar de forma para enfocar. Por ello, a los 60-65 años ya habrá desaparecido totalmente la flexibilidad del cristalino y la presbicia comienza a estabilizarse.
¿La presbicia se puede evitar? Desgraciadamente no, pero podemos tomar una serie de medidas para atenuar sus síntomas como el uso de corrección óptica (gafas o lentillas progresivas), disponer de una buena iluminación para realizar nuestras tareas en cerca, hacer descansos al trabajar con el ordenador o el móvil y hacer ejercicios de terapia visual para estimular la capacidad de enfocar de nuestros ojos.
Una vez que la presbicia ha venido para quedarse, haremos un repaso de los tipos de corrección y ayudas para paliar sus efectos.
GAFAS

Gafas de cerca: para ver bien de cerca necesitamos una graduación de ayuda que nos permitirá enfocar de nuevo de forma correcta. Se denomina adición, porque se “adiciona” a la graduación que tengas de lejos para que puedas ver de cerca. Si no tienes graduación de lejos, sólo se te prescribirá el valor de dicha adición. La gafas de cerca sólo nos sirven para ver a unos 30-40 cm y si queremos mirar de lejos nos las tendremos que quitar porque veríamos borroso. Son cómodas para usar cuando leamos a una distancia fija.

Bifocales: son lentes que incorporan las dos graduaciones, de lejos y de cerca en una sola gafa. Para la visión de cerca hemos de mirar por la parte inferior a través de una pequeña lente (pastilla del bifocal) que está fusionada y tiene unos contornos muy definidos. Son incómodas porque se aprecia un “salto” de la imagen cuando se pasa de una distancia a otra. El problema es que la distancia intermedia no se ve con ninguna de las dos graduaciones (por eso se llama bifocal: dos focales) Además su estética recuerda a las gafas que utilizaban las personas mayores hace años. Actualmente están en desuso.

Lentes progresivas: aportan la comodidad de ver bien a todas las distancias con una estética inmejorable y usando una sola gafa. Necesitan un periodo de adaptación, que se hace más fácil y rápido si eliges unas lentes de calidad o con diseños personalizados. Son las lentes más usadas porque en los últimos años la distancia intermedia ha cobrado mucha importancia debido al trabajo que realizamos con ordenadores, tabletas y móviles.
LENTES DE CONTACTO PROGRESIVAS
Como cualquier lente de contacto, nos van a permitir libertad de movimiento sin gafas. Para hacer deporte, para salir a cenar, para ir al supermercado, de tiendas… o porque simplemente no te apetece llevar gafas, pero necesitas tener una buena visión.

Las lentillas progresivas son una excelente solución para los présbitas porque permiten enfocar a todas las distancias. Ofrecen nitidez tanto para leer un mensaje en el móvil como para ver un cartel lejano si levantamos la cabeza. Requieren una adaptación para aprender a usarlas y su visión es independiente de la posición cabeza-ojo (a diferencia de las gafas progresivas)
CIRUGÍA REFRACTIVA
Consiste en la retirada del cristalino, como si de una operación de cataratas se tratase y la introducción de una lente intraocular que sustituye al cristalino. Los tipos de lente pueden ser:

- Lentes intraoculares multifocales: tienen una geometría multifocal (con varias graduaciones) que permite cubrir las distancias de lejos, intermedia y cerca.
- Monovisión: es un procedimiento quirúrgico que corrige un ojo para visión lejana y otro para visión cercana
Espero haber aclarado tus dudas sobre borrosidad en cerca y presbicia. Si necesitas más información no dudes en llamarnos al 965122361 o enviarnos una consulta. Espero verte pronto por nuestra web de Benalúa Óptica y el Blog Coach Vision.